La enfermedad cardíaca no es contagiosa - no la puedes contraer como la gripe o un resfrío. Más bien, hay ciertas cosas que aumentan las probabilidades de una persona de desarrollar enfermedad cardiovascular. Los médicos las llaman factores de riesgo. Algunos de estos factores de riesgo, como por ejemplo ser una persona de edad o tener familiares con los mismos problemas, no se pueden contrarrestar. Pero hay ciertos factores de riesgo que es posible controlar. Fumar, tener presión arterial elevada, sobrepeso y no hacer ejercicios pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
* Señales:
Muchas personas no se dan cuenta de que padecen de enfermedad cardiovascular hasta que presentan dolor de pecho, un ataque cardíaco, o derrame cerebral. Estos tipos de problemas a menudo exigen atención inmediata y la persona necesita ir a la sala de emergencias de un hospital. Si no se trata de una emergencia y el médico sospecha que la persona podría tener enfermedad cardiovascular, se pueden realizar pruebas para determinar cómo están funcionando el corazón y los vasos sanguíneos. Estas pruebas incluyen:
- Electrocardiograma: Esta prueba registra la actividad eléctrica del corazón. El médico conecta al paciente a un monitor y observa la máquina para ver el latido cardíaco y determinar si es normal.
- Ecocardiograma: Esta prueba usa ondas sonoras para diagnosticar los problemas cardíacos. Las ondas rebotan en las partes del corazón y crean una imagen del mismo que es visualizada en un monitor.
- Prueba de esfuerzo: Para esta prueba, la persona hace ejercicios mientras el médico observa la máquina de electrocardiograma para ver cómo reacciona el músculo cardíaco.
- Cateterización: Esta prueba usa un tubo largo y delgado que se introduce en el cuerpo del paciente para inyectar un colorante especial. Puede localizar áreas estrechadas en las arterias debido a la acumulación de placa y detectar otros problemas.
- Exploración de la arteria carótida: Esta prueba usa ondas sonoras para detectar la presencia de bloqueos en la arteria carótida, un vaso sanguíneo grande del cuello que suministra sangre al cerebro.